64º Campeonato Argentino
12:00 Por Horacio Gambarte de Rugbytucumano.blogspot.com- Tucumán se adjudicó el primer lugar de la zona 2 del Campeonato Argentino de Rugby al vencer de manera categórica a Santa Fe por 46 a 11. De esta manera volverá a jugar en La Caldera por cuarta vez consecutiva contra Córdoba.
El juego de La Naranja le resultó incómodo a los santafecinos que vinieron a hacer un juego de contacto, jugando corto, siempre por la base apostando al físico de sus delanteros. Pero es difícil de aplicar este tipo de juego cuando no se tiene la pelota y el rival la mueve de punta a punta.
Porque La Naranja esta vez no apeló solamente a la fiereza y destreza de sus delanteros, a ganar metros y pelotas con el maul. También jugó con sus backs y desplegó una rugby, digamos, sin ser obsecuente ni adulador, champagne.
Hacía mucho tiempo que no le veía a Tucumán realizar un juego tan desplegado, de conjunto, con tanto apoyo y despliegue físico que arrancó varios aplausos de los espectadores que fueron a apoyar al seleccionado. No fue mucha gente. Tal vez, los que se quedaron en casa, pensaron que iban a ver un aburrido partido "de gordos" y pensaron que cualquier otra cosa sería mejor. Qué equivocados estuvieron si pensaron así.
La Naranja jugó uno de los mejores partidos que ví en los años que sigo al seleccionado. Concentrados desde el minuto uno, ejerciendo mucha presión a Santa Fe, con pases precisos, contundente cada vez que pisó las 25 yardas, con un ritmo arrollador, con destellos de lujo (sin sobrar), con pasajes de excelente rugby. Y claro, con algún bajón... Porque si mantenían el ritmo y la concentración que tuvieron desde el minuto uno al ochenta, le firmo ya que Tucumán es campeón. Pero a este Tucumán todavía le falta ajustar algunos detalles. Como no quedar tan expuesto cuando ataca porque una equivocación en los pases o una mala salida dentro de las 25 yardas, con un equipo como Buenos Aires, es suicidio. Pero nos estamos adelantando. Falta todavía un partido para volver a soñar con las finales.
Volvamos al presente, ya pasado en realidad. Santa Fe no fue rival para Tucumán. Desde el inicio se los vio nerviosos, imprecisos, apurados, inseguros... Y La Naranja no le permitió darse el lujo de entrar así a La Caldera.
Lo taladró con los forwards en el minuto uno y consiguió el primer try con Dino Cáceres como abanderado. Luego, seis minutos más tarde, Diego Más (foto) vio el hueco y se filtró. Try bajo los palos y conversión asegurada. En diez minutos, Tucumán ya ganaba por 12 a 0.
Ahí el local se tomó un respiro que duró unos diez minutos donde Santa Fe quiso mostrar algo de lo que vino a hacer. El banco de suplente seguía expectante las jugadas porque su equipo se plantó bien con el scrum (fue uno de los más parejos de esta serie clasificatoria), jugó cerca de las formaciones, pateó bien a las espaldas de los wingers y comenzaba a descontar a través del pie de Gonzalo Moleón las infracciones tucumanas.
Pero todo eso se cayó como castillo de naipes cuando Tucumán se reencontró con su juego. Movida de pelota de aquí, para allá, por todo el ancho de la cancha y Lucas Barrera Oro apoyaba sobre el final del primer tiempo el primer try de los cuatro que llevaron su firma en la soleada tarde en el Parque 9 de Julio. Ya me lo había anticipado el entrenador Alejandro Molinuevo al confirmarme el equipo: "vamos a jugar fuera de las formaciones, más ancho".
Por eso no era extraño verlo a Lagarrigue (en el primer tiempo fue Carlos Cáceres o Agustín Guzmán), por ejemplo, arrancando como si fuera el segundo centro o casi como wing, bien abierto en la cancha. Así estaba Tucumán.
Parcial 27 a 6 y Santa Fe se reunía en la mitad del campo a tratar de encontrar explicaciones a lo que le estaba pasando.
Ramón Vidal, en otra arremetida con los delanteros no lo dejó pensar. Y minutos más tarde, llegaría el mejor try de la tarde. La tocaron todos y la coronó Barrera Oro en combinación con Aníbal Terán, quien hasta ahora no puede concretar apoyar la ovalada.
Ahí Tucumán volvió a tomarse un respiro pero sólo en el ataque porque defendiendo seguía presionando y asfixiando al rival, sin dejarle espacios ni huecos donde pueda filtrarse.
Pero cuando Tucumán conseguí la pelota, había peligro de try. Y Lucas Barrera Oro no desaprovechó su día. Era la tarde del fullback tucumano porque sobre la media hora, los backs quebraron la línea de ventaja, se escaparon por la bandera y ahí apareció el enrulado jugador para apoyar bajo los palos acompañados, otra vez, por Terán (foto).
Era para bajar la persiana y terminar así, con más de cuarenta puntos de diferencia. Pero el árbitro Javier Mancuso no quiso estar ausente de la fiesta tucumana y le sacó amarilla a Bruno Cuezzo y momentos después, cobró try penal.
Las caras santafecinas lo decían todo. Desazón completa. En el segundo tiempo fueron contadas con los dedos de una mano las veces que Santa Fe pasó la mitad de cancha o que haya pisado las 25 yardas tucumanas.
Y la fiesta naranja fue plena entonces cuando el cordobés pitó el final porque sabían que habían jugado un gran partido.
Ahora viene Córdoba, otra vez. Porque no le puede salir un partido fácil a Tucumán como los partidos que le toca a Buenos Aires que, en los papeles, juega con el más débil en semifinales.
Mejor. Será con los exigentes Dogos. Porque este equipo está para más. -Publicado 16 Mar 08-
12:00 Por Horacio Gambarte de Rugbytucumano.blogspot.com- Tucumán se adjudicó el primer lugar de la zona 2 del Campeonato Argentino de Rugby al vencer de manera categórica a Santa Fe por 46 a 11. De esta manera volverá a jugar en La Caldera por cuarta vez consecutiva contra Córdoba.
El juego de La Naranja le resultó incómodo a los santafecinos que vinieron a hacer un juego de contacto, jugando corto, siempre por la base apostando al físico de sus delanteros. Pero es difícil de aplicar este tipo de juego cuando no se tiene la pelota y el rival la mueve de punta a punta.
Porque La Naranja esta vez no apeló solamente a la fiereza y destreza de sus delanteros, a ganar metros y pelotas con el maul. También jugó con sus backs y desplegó una rugby, digamos, sin ser obsecuente ni adulador, champagne.
Hacía mucho tiempo que no le veía a Tucumán realizar un juego tan desplegado, de conjunto, con tanto apoyo y despliegue físico que arrancó varios aplausos de los espectadores que fueron a apoyar al seleccionado. No fue mucha gente. Tal vez, los que se quedaron en casa, pensaron que iban a ver un aburrido partido "de gordos" y pensaron que cualquier otra cosa sería mejor. Qué equivocados estuvieron si pensaron así.
La Naranja jugó uno de los mejores partidos que ví en los años que sigo al seleccionado. Concentrados desde el minuto uno, ejerciendo mucha presión a Santa Fe, con pases precisos, contundente cada vez que pisó las 25 yardas, con un ritmo arrollador, con destellos de lujo (sin sobrar), con pasajes de excelente rugby. Y claro, con algún bajón... Porque si mantenían el ritmo y la concentración que tuvieron desde el minuto uno al ochenta, le firmo ya que Tucumán es campeón. Pero a este Tucumán todavía le falta ajustar algunos detalles. Como no quedar tan expuesto cuando ataca porque una equivocación en los pases o una mala salida dentro de las 25 yardas, con un equipo como Buenos Aires, es suicidio. Pero nos estamos adelantando. Falta todavía un partido para volver a soñar con las finales.
Volvamos al presente, ya pasado en realidad. Santa Fe no fue rival para Tucumán. Desde el inicio se los vio nerviosos, imprecisos, apurados, inseguros... Y La Naranja no le permitió darse el lujo de entrar así a La Caldera.
Lo taladró con los forwards en el minuto uno y consiguió el primer try con Dino Cáceres como abanderado. Luego, seis minutos más tarde, Diego Más (foto) vio el hueco y se filtró. Try bajo los palos y conversión asegurada. En diez minutos, Tucumán ya ganaba por 12 a 0.
Ahí el local se tomó un respiro que duró unos diez minutos donde Santa Fe quiso mostrar algo de lo que vino a hacer. El banco de suplente seguía expectante las jugadas porque su equipo se plantó bien con el scrum (fue uno de los más parejos de esta serie clasificatoria), jugó cerca de las formaciones, pateó bien a las espaldas de los wingers y comenzaba a descontar a través del pie de Gonzalo Moleón las infracciones tucumanas.
Pero todo eso se cayó como castillo de naipes cuando Tucumán se reencontró con su juego. Movida de pelota de aquí, para allá, por todo el ancho de la cancha y Lucas Barrera Oro apoyaba sobre el final del primer tiempo el primer try de los cuatro que llevaron su firma en la soleada tarde en el Parque 9 de Julio. Ya me lo había anticipado el entrenador Alejandro Molinuevo al confirmarme el equipo: "vamos a jugar fuera de las formaciones, más ancho".
Por eso no era extraño verlo a Lagarrigue (en el primer tiempo fue Carlos Cáceres o Agustín Guzmán), por ejemplo, arrancando como si fuera el segundo centro o casi como wing, bien abierto en la cancha. Así estaba Tucumán.
Parcial 27 a 6 y Santa Fe se reunía en la mitad del campo a tratar de encontrar explicaciones a lo que le estaba pasando.
Ramón Vidal, en otra arremetida con los delanteros no lo dejó pensar. Y minutos más tarde, llegaría el mejor try de la tarde. La tocaron todos y la coronó Barrera Oro en combinación con Aníbal Terán, quien hasta ahora no puede concretar apoyar la ovalada.
Ahí Tucumán volvió a tomarse un respiro pero sólo en el ataque porque defendiendo seguía presionando y asfixiando al rival, sin dejarle espacios ni huecos donde pueda filtrarse.
Pero cuando Tucumán conseguí la pelota, había peligro de try. Y Lucas Barrera Oro no desaprovechó su día. Era la tarde del fullback tucumano porque sobre la media hora, los backs quebraron la línea de ventaja, se escaparon por la bandera y ahí apareció el enrulado jugador para apoyar bajo los palos acompañados, otra vez, por Terán (foto).
Era para bajar la persiana y terminar así, con más de cuarenta puntos de diferencia. Pero el árbitro Javier Mancuso no quiso estar ausente de la fiesta tucumana y le sacó amarilla a Bruno Cuezzo y momentos después, cobró try penal.
Las caras santafecinas lo decían todo. Desazón completa. En el segundo tiempo fueron contadas con los dedos de una mano las veces que Santa Fe pasó la mitad de cancha o que haya pisado las 25 yardas tucumanas.
Y la fiesta naranja fue plena entonces cuando el cordobés pitó el final porque sabían que habían jugado un gran partido.
Ahora viene Córdoba, otra vez. Porque no le puede salir un partido fácil a Tucumán como los partidos que le toca a Buenos Aires que, en los papeles, juega con el más débil en semifinales.
Mejor. Será con los exigentes Dogos. Porque este equipo está para más. -Publicado 16 Mar 08-