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domingo, 22 de julio de 2007

Hasta siempre Negro

­Publicado 19 Jul 07: Rosario - Especial: A los 62 años se fue Fontanarrosa, ídolo y emblema de los rosarinos. La Casa Rosada decretó Día de Duelo de la Cultura Nacional. Lo llora todo el país
Roberto Fontanarrosa, uno de los artistas más destacados y queridos de la ciudad, murió ayer de un paro cardiorrespiratorio a los 62 años. Al Negro le ganó el partido una esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad contra la que luchaba desde 2003.
Si bien el mal neurológico minó paulatinamente sus funciones motrices, el humorista gráfico y escritor conservó su particular lucidez hasta último momento. Su muerte se produjo a las 15, en el Sanatorio Centro (Paraguay y San Luís), a donde había ingresado una hora antes.

Conmoción. Mientras toda la Argentina comenzaba a llorar su partida, el intendente Miguel Lifschitz (“su obra monumental se agigantará con el tiempo”, dijo) ofreció el Palacio de los Leones para el velatorio, pero la segunda esposa y el hijo de Fontanarrosa optaron por la cochería Bassi —Salta 3070— y el no envío de ofrendas florales a cambio de la donación de su valor a entidades benéficas.
Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944 y, pese a que en la escuela no fue buen alumno y dejó los estudios tras repetir tercer año del secundario, su estilo irónico y telúrico lo consagró.
Comenzó trabajando en publicidad y luego se volcó al dibujo humorístico, emprendiendo una carrera ascendente y cosechando aplausos del público, colegas y críticos, incluso del resto del mundo. También mantuvo una fidelidad inquebrantable con Rosario, de la que nunca se alejó.
Sus personajes célebres fueron “Inodoro Pereyra, el Renegáu”, un gaucho con dudas profundamente existenciales, y “Boogie, el Aceitoso”, inspirado en “Harry el Sucio” de Clint Eastwood. Aunque también publicó libros de cuentos y novelas, entre ellos “Los trenes matan a los autos” y “El mundo ha vivido equivocado”.
Al Negro lo caracterizó su fanatismo por la redonda y, fundamentalmente, Rosario Central. El cuento “19 de diciembre de 1971”, acerca de la histórica palomita de Aldo Poy a Newell´s, es un clásico de la literatura futbolística. En la actualidad, el equipo de Arroyito luce en su camiseta la mascota creada especialmente por Fontanarrosa: “El Canaya”.
El 18 de enero pasado, Fontanarrosa anunció que dejaba de dibujar por la pérdida del completo control de su mano derecha. Sin embargo, siguió guionando sus personajes, heredados por Crist y Oscar Salas, colegas y amigos.Luego, el 12 de abril, unos 200 dibujantes de todo el mundo homenajearon en internet al Negro y a su pasión por el fútbol a través de un blog. Sábat, Nik, Sendra y Beas, entre otros, aportaron ilustraciones.
Hasta en el lanzamiento de la candidatura presidencial de Cristina Fernández se pidió ayer un minuto de silencio en memoria de Fontanarrosa. Horas antes de morir, su editor, Daniel Divinsky, había intercambiado mails con el escritor sobre un libro de cuentos que quería publicar.