Publicado 15 Jul 07: Maracaibo - La selección argentina entró súbitamente en el ocaso al ser este domingo una sombra de aquel equipo de soberbias individualidades que había mosstrado en la Copa América, cuya final perdió sin atenuantes contra Brasil por 3-0.
A la hora decisiva, la defensa brasileña anuló a sus mejores jugadores, como Juan Riquelme, Lionel Messi y Carlos Tevez, además de capitalizar gruesos errores defensivos albicelestes.
Los argentinos habían traído a Venezuela-2007 su artillería pesada, con una constelación de estrellas que juegan en el fútbol europeo, la mayoría de ellas con fogueo en copas y mundiales.
La intención original era la de romper una mala racha de 14 años sin ganar un torneo internacional de importancia, ni llegar en los Mundiales más allá de cuartos de final desde la final perdida en Italia-90 contra Alemania (1-0).
La última conquista había sido en la Copa América de Ecuador-1993, con la coincidencia de que tenía en aquel entonces el mismo bastonero técnico, Alfio Basile, el último romántico del fútbol argentino, que cree en la capacidad técnica del jugador y la mentalidad ofensiva como valores supremos.
"Nosotros siempre jugamos de la misma manera. Hay que ver cómo se levanta un jugador cada día para después saber cómo va a rendir. Y hay que desdramatizar. No existe el fracaso, sino nadie jugaría contra el tenista (número uno del mundo) Roger Federer", expuso en el torneo su filosofía.
Argentina fue en su recorrido de cinco encuentros antes de la final un equipo de los segundos tiempos, donde se le prendía la lamparita a Juan Riquelme y Lionel Messi, hasta que por su peso específico en la trilogía se ganó su lugar Carlos Tévez. Los albicelestes golearon a Estados Unidos (4-1) y a Colombia (4-2) tras empezar en desventaja y aniquilaron a Paraguay (1-0) con una estocada del volante Javier Mascherano, para en cuartos de final destruir a Perú (4-0) y en semifinales a México (3-0), con ráfagas de talento de sus magistrales hombres de vanguardia.
A la hora decisiva, la defensa brasileña anuló a sus mejores jugadores, como Juan Riquelme, Lionel Messi y Carlos Tevez, además de capitalizar gruesos errores defensivos albicelestes.
Los argentinos habían traído a Venezuela-2007 su artillería pesada, con una constelación de estrellas que juegan en el fútbol europeo, la mayoría de ellas con fogueo en copas y mundiales.
La intención original era la de romper una mala racha de 14 años sin ganar un torneo internacional de importancia, ni llegar en los Mundiales más allá de cuartos de final desde la final perdida en Italia-90 contra Alemania (1-0).
La última conquista había sido en la Copa América de Ecuador-1993, con la coincidencia de que tenía en aquel entonces el mismo bastonero técnico, Alfio Basile, el último romántico del fútbol argentino, que cree en la capacidad técnica del jugador y la mentalidad ofensiva como valores supremos.
"Nosotros siempre jugamos de la misma manera. Hay que ver cómo se levanta un jugador cada día para después saber cómo va a rendir. Y hay que desdramatizar. No existe el fracaso, sino nadie jugaría contra el tenista (número uno del mundo) Roger Federer", expuso en el torneo su filosofía.
Argentina fue en su recorrido de cinco encuentros antes de la final un equipo de los segundos tiempos, donde se le prendía la lamparita a Juan Riquelme y Lionel Messi, hasta que por su peso específico en la trilogía se ganó su lugar Carlos Tévez. Los albicelestes golearon a Estados Unidos (4-1) y a Colombia (4-2) tras empezar en desventaja y aniquilaron a Paraguay (1-0) con una estocada del volante Javier Mascherano, para en cuartos de final destruir a Perú (4-0) y en semifinales a México (3-0), con ráfagas de talento de sus magistrales hombres de vanguardia.