Publicado 11 Jul 07 -El destino los volvió a unir luego de tres años. Al igual que en Perú 2004, Brasil y Uruguay se cruzaron en una semifinal de Copa América y nuevamente la alegría fue brasilera. Anoche, la definición por penales representó el camino previo para seguir la defensa del título por parte de los dirigidos por Dunga quienes superaron en esta instancia 5-4 a los charrúas, luego de igualar el partido en dos goles. Ahora, esperan el encuentro final el próximo domingo frente al triunfador del partido de hoy entre Argentina y México.
La selección de Dunga arrancó mejor el clásico sudamericano. Con Julio Baptista haciendo estragos en cada uno de sus arranques por la derecha, desestabilizó a una defensa charrúa que entró algo dormida. En uno de esas subidas de la Bestia vino el primero, luego que Maicon aprovechara un rebote del arquero Carini y la mandara al fondo de la red. Uruguay se tambaleó feo y estuvo cerca del nocaut, pero la baja en la iluminación del estadio (el partido se paró 13 minutos) lo salvó. El libreto se dio vuelta y la Celeste se le fue al humo a un Brasil que parecía confundido. Una media vuelta de Forlán y otro remate de Recoba encontraron la negativa del arquero Doni, quien salió muy mal minutos más tarde en el empate uruguayo. Luego de un córner, el reemplazante de Dida metió un puñetazo corto y Forlán, con su olfato de goleador, facturó la igualdad. Era el momento de los dirigidos por Tabárez, pero Brasil tiene el plus de marcar sin necesariamente estar jugando bien. El autor del segundo fue la Bestia, quien a los 53 de esa primera etapa prolongada, entró solo en el área rival y la empujó con su pierna derecha para irse al descanso 2-1.
El Maestro Tabárez metió un par de cambios arriesgados desde el inicio del complemento. Sacó a Recoba, uno de los mejores en la primera etapa de su selección, y apostó por la altura del Loco Sebastián Abreu. En un principio, se quedó sin armador Uruguay pero lentamente y con más corazón que juego, lo fue arrinconando a un Brasil cuyo único objetivo era que pasaron los minutos. El empate justamente lo estableció el ex delantero de San Lorenzo tras un centro que peinó en el primer palo Forlán. En los minutos que restaron ninguno de los dos arriesgó demasiado y se conformaron con definir por la misma vía que lo hicieron en la semi de hace tres años en la Copa América de Perú. Una vez más la moneda cayó del lado brasilero.
La selección de Dunga arrancó mejor el clásico sudamericano. Con Julio Baptista haciendo estragos en cada uno de sus arranques por la derecha, desestabilizó a una defensa charrúa que entró algo dormida. En uno de esas subidas de la Bestia vino el primero, luego que Maicon aprovechara un rebote del arquero Carini y la mandara al fondo de la red. Uruguay se tambaleó feo y estuvo cerca del nocaut, pero la baja en la iluminación del estadio (el partido se paró 13 minutos) lo salvó. El libreto se dio vuelta y la Celeste se le fue al humo a un Brasil que parecía confundido. Una media vuelta de Forlán y otro remate de Recoba encontraron la negativa del arquero Doni, quien salió muy mal minutos más tarde en el empate uruguayo. Luego de un córner, el reemplazante de Dida metió un puñetazo corto y Forlán, con su olfato de goleador, facturó la igualdad. Era el momento de los dirigidos por Tabárez, pero Brasil tiene el plus de marcar sin necesariamente estar jugando bien. El autor del segundo fue la Bestia, quien a los 53 de esa primera etapa prolongada, entró solo en el área rival y la empujó con su pierna derecha para irse al descanso 2-1.
El Maestro Tabárez metió un par de cambios arriesgados desde el inicio del complemento. Sacó a Recoba, uno de los mejores en la primera etapa de su selección, y apostó por la altura del Loco Sebastián Abreu. En un principio, se quedó sin armador Uruguay pero lentamente y con más corazón que juego, lo fue arrinconando a un Brasil cuyo único objetivo era que pasaron los minutos. El empate justamente lo estableció el ex delantero de San Lorenzo tras un centro que peinó en el primer palo Forlán. En los minutos que restaron ninguno de los dos arriesgó demasiado y se conformaron con definir por la misma vía que lo hicieron en la semi de hace tres años en la Copa América de Perú. Una vez más la moneda cayó del lado brasilero.