Gentileza Minuto Uno: En un fútbol en el que muchos pretenden innovar, hay un acontecimiento que se mantiene intacto, que sobrevive a eventuales cambios de horarios y al temor a posibles disturbios, que tiene peso y brillo propio por lo que representa, y en el que poco importan los respectivos presentes porque el objetivo es único y común: ganar.
Ese evento es, simplemente, el gran superclásico del fútbol argentino, el que hoy a las 14 protagonizarán River y Boca en el estadio Monumental, ante un imponente operativo policial del que participarán unos 1.300 policías, por la decimotercera fecha del Apertura. El arbitraje estará a cargo de Héctor Baldassi.
El sentimiento de revancha aflora en un River que vive una primavera marchita. Y cuando se habla de revancha, no se hace referencia un ajuste de cuentas futbolístico con su máximo rival, sino a una nueva oportunidad para echar por la borda falencias propias y subir al castigado barco un buen funcionamiento en equipo y, sobre todo, resultados.
En la vereda de enfrente hay un colchón más mullido. Empachado de títulos de un tiempo a esta parte, Boca es un equipo inconformista, que va por más vueltas y que propone, en clara contraposición con su clásico rival, una continuidad en su alineación que genera confianza en los componentes.
Al menos siete cambios por un lado, el de River, ninguno por el otro, el de Boca. Es que Daniel Passarella reservó ante Argentinos Juniors a varios de los habituales titulares para el clásico y pagó demasiado cara su decisión, con un lapidario 4-1 en contra. En cambio, Miguel Angel Russo puso lo mejor ante San Lorenzo y ganó un partido históricamente adverso.
En los "millonarios" vuelve Nicolás Sánchez a una defensa que fue literalmente paseada en La Paternal. Regresa Eduardo Tuzzio en un puesto de lateral izquierdo que no es su preferido pero en el que cumplió en varias ocasiones. Retornan Augusto Fernández, Oscar Ahumada, Paulo Ferrari y su neohéroe con aroma a café, Radamel Falcao García. ¿La duda del "Kaiser"? La potencia ofensiva de Andrés Ríos (tres goles en los últimos tres partidos), o el talento, el atrevimiento y la gambeta de Diego Buonanotte.
Boca, por su parte, no presenta grandes secretos. Dejó en claro que la eliminación de la Copa Sudamericana (competición en la que River sí continúa) no afectó la estructura y que el cimiento constituido por casi siempre los mismos once hombres está intacto. Fuera del campo, lo de siempre, por buena y mala fortuna. Seguramente el marco será imponente y el colorido, acorde a la magnitud del partido.
Sin embargo, el temor a un nuevo enfrentamiento entre las distintas facciones de "Los Borrachos del Tablón" o la habilitación para concurrir a la nueva cúpula de "La 12" representan un factor de riesgo extremo para quienes deben custodiar la seguridad.
"La mesa está servida", podría decir algún amante de los refranes. River-Boca, Boca-River, una nueva edición de una pasión sin fecha de vencimiento.-Deportes- www.minutouno.com. –Publicado 07 Oct 07-
Ese evento es, simplemente, el gran superclásico del fútbol argentino, el que hoy a las 14 protagonizarán River y Boca en el estadio Monumental, ante un imponente operativo policial del que participarán unos 1.300 policías, por la decimotercera fecha del Apertura. El arbitraje estará a cargo de Héctor Baldassi.
El sentimiento de revancha aflora en un River que vive una primavera marchita. Y cuando se habla de revancha, no se hace referencia un ajuste de cuentas futbolístico con su máximo rival, sino a una nueva oportunidad para echar por la borda falencias propias y subir al castigado barco un buen funcionamiento en equipo y, sobre todo, resultados.
En la vereda de enfrente hay un colchón más mullido. Empachado de títulos de un tiempo a esta parte, Boca es un equipo inconformista, que va por más vueltas y que propone, en clara contraposición con su clásico rival, una continuidad en su alineación que genera confianza en los componentes.
Al menos siete cambios por un lado, el de River, ninguno por el otro, el de Boca. Es que Daniel Passarella reservó ante Argentinos Juniors a varios de los habituales titulares para el clásico y pagó demasiado cara su decisión, con un lapidario 4-1 en contra. En cambio, Miguel Angel Russo puso lo mejor ante San Lorenzo y ganó un partido históricamente adverso.
En los "millonarios" vuelve Nicolás Sánchez a una defensa que fue literalmente paseada en La Paternal. Regresa Eduardo Tuzzio en un puesto de lateral izquierdo que no es su preferido pero en el que cumplió en varias ocasiones. Retornan Augusto Fernández, Oscar Ahumada, Paulo Ferrari y su neohéroe con aroma a café, Radamel Falcao García. ¿La duda del "Kaiser"? La potencia ofensiva de Andrés Ríos (tres goles en los últimos tres partidos), o el talento, el atrevimiento y la gambeta de Diego Buonanotte.
Boca, por su parte, no presenta grandes secretos. Dejó en claro que la eliminación de la Copa Sudamericana (competición en la que River sí continúa) no afectó la estructura y que el cimiento constituido por casi siempre los mismos once hombres está intacto. Fuera del campo, lo de siempre, por buena y mala fortuna. Seguramente el marco será imponente y el colorido, acorde a la magnitud del partido.
Sin embargo, el temor a un nuevo enfrentamiento entre las distintas facciones de "Los Borrachos del Tablón" o la habilitación para concurrir a la nueva cúpula de "La 12" representan un factor de riesgo extremo para quienes deben custodiar la seguridad.
"La mesa está servida", podría decir algún amante de los refranes. River-Boca, Boca-River, una nueva edición de una pasión sin fecha de vencimiento.-Deportes- www.minutouno.com. –Publicado 07 Oct 07-