Publicado 03 Set 07: Boca le sacó el jugo a la derrota del sábado de Independiente. En la Bombonera, aunque se perdió muchos goles, no perdonó a Huracán y se ubicó como único líder del Apertura. El grito fue de Pablo Ledesma, de penal.Siempre tiene hambre el campeón de América. Siempre. Nunca deja las sobras en el plato. Para llegar a lo más alto de la tabla de este eléctrico Apertura, debía ganarle a Huracán en la Bombonera. Y no falló. Cumplió con el mandato. Y ahora disfruta, como dice su entrenador de dientes grandes y blancos, de la soledad de la cima. Uno a cero al Globo de Antonio Mohamed. Sumó de a tres cuando había que hacerlo. Para Boca, las finales sólo tienen un resultado. Quienes conocen la intimidad, el trato diario con el plantel, aseguran que desde la caída contra Estudiantes, hubo un nuevo quiebre en el grupo. Por eso, cuando desde los medios y desde el sentir inexplicable del hincha sólo se habla del Campeonato de Clubes en Japón, el equipo primero se fija en lo primero: el torneo local. Ojo, aún no arrancó en la Copa Sudamericana.
Certero e hiriente como nunca antes en el club, Jesús Dátolo aprovechó su franja para jugar por abajo en pared para Rodrigo Palacio o para ganar con gambeta en velocidad para el centro pasado a la cabeza de Martín Palermo. Y allí, en ese milagro inesperado, se gestó la victoria que luego se concretó por decantación. Porque los delanteros de Boca rotaron mucho. Y eso complicó más a una débil defensa.
El 1-0 llegó desde el botín derecho de Pablo Ledesma. De penal, el volante alcanzó su quinta conquista en Boca y es el goleador. ¿Qué tal? "Independiente no es el mejor por haber ganado las primeras cuatro fechas. Es más, si le ganamos, en esta semana hasta puede llegar a perder la punta", había anticipado Hugo Ibarra. Negro astuto, conocedor del terreno. Anoche, como a todo Boca, le dijeron buen provecho... Es que en las primeras fechas, cuando el grupo no rendía, Russo contagió calma y piloteó el mal arranque. Su equilibrio fue determinante.
