San Martín jugó un buen partido, en tanto que Independiente encontró en el tiro final la victoria. Otra vez Gandín, sobre la hora, le dio un triunfo que lejos estuvo de merecer
08:45 Especial desde Avellaneda: Para el Santo Tucumano fue un baldazo de agua fría, para el Diablo fue todo alegría. El hincha del rojo festejó la victoria pero se retiró del estadio Juan Domingo Perón preocupado, es que el agónico triunfo no debe hacerle perder de vista que su fútbol sigue sin aparecer.
Porque San Martín fue de menor a mayor y una vez que hizo pie en el terreno de juego, le complicó el encuentro a un equipo de Borgui que no tuvo volumen de juego y jugo mal y por momento pésimo.
A lo largo de la primera etapa quedó claro que los tucumanos fueron superiores en el trámite. En el primer cuarto la visita se vio desbordada, hasta que se acomodó y comenzó a administrar la pelota.
El diablo careció de un conductor neto, Herrón no se sintió para nada bien con el rol de volante por derecha y que no se encontraron desde afuera, variantes para mejorar la situación.
La primera llegada del partido fue para el Santo, a los 4` Quinteros vio adelantado a Assmann, pero su remate se fue por encima del horizontal.
El local pudo haber marcado un minuto después cuando Mario Turdó mandó de cabeza al córner sobre su propia valla.
A los 8` Montenegro tomó una contra tras un tiro de esquina a favor del Santo, recorrió un largo trecho con la pelota en los pies y engañando a todos, el disparo bajo se fue muy cerca del poste derecho.
A partir de allí, San Martin se adueñó de la tenencia del balón y tuvieron dos situaciones claras. Turdó en un anticipo ofensivo de cabeza y luego una media vuelta de Patricio Pérez que Assmann tapó con sus piernas.
Recién reapareció Independiente, allá por los 36`, con ese tiro de Leonel Núñez que Marcos Gutiérrez desvió con esfuerzo al córner y en aquella acción que obligó a Monge a un apurado rechazo.
Por los 36` reapareció Independiente con un tiro de Leonel Núñez que Gutiérrez desvió con esfuerzo y Monge apurado rechazo al corner.
El encuentro continuó de igual manera en el complemento, San Martin continuaba bien para en la cancha y el diablo ni siquiera las variantes que introdujo Borghi lograron al menos cambiarle la cara.
El DT rojo demostraba en su rostro el mal momento que vivía ante un equipo tucumano que domina aplacer el encuentro.
Centurión no funcionó bien y el Chipi Gandín, salvo por su aparición en el epilogo del encuentro, parecía ser la solución que el equipo de Avellaneda esperaba, de mitad de cancha hacia adelante.
Y si a esto le sumamos el sufrimiento del local, cada vez que el Pato Pérez le ganó las espaldas a los centrales, llegando limpio para sacar un centro que por poco no pudo ser conectado por Turdó.
El Rojo llegó en dos oportunidades, con un tiro bajo de Núñez que halló una buena respuesta de parte de Marcos Gutiérrez y con aquel cabezazo del Rolfi Montenegro que salió apenas desviado, muy cerca del poste izquierdo.
A un minuto del final cuando todo indicaba que el encuentro culminaba en cero, el Rolfi Montenegro capturó un rebote, le cambió la dirección a la pelota para que el Chipi Gandín ingresando por el sector derecha, empujara la pelota a la red para darle la victoria inesperada.
El equipo de Roldán había hecho bien las cosas, no mereció perder, tampoco ganar. Fue inmerecida derrota de Santo ante un Martín, Independiente que tuvo en el oportunismo goleador de Darío Gandín para quedarse con el triunfo. –Publicado 16 Ago 08-
08:45 Especial desde Avellaneda: Para el Santo Tucumano fue un baldazo de agua fría, para el Diablo fue todo alegría. El hincha del rojo festejó la victoria pero se retiró del estadio Juan Domingo Perón preocupado, es que el agónico triunfo no debe hacerle perder de vista que su fútbol sigue sin aparecer.
Porque San Martín fue de menor a mayor y una vez que hizo pie en el terreno de juego, le complicó el encuentro a un equipo de Borgui que no tuvo volumen de juego y jugo mal y por momento pésimo.
A lo largo de la primera etapa quedó claro que los tucumanos fueron superiores en el trámite. En el primer cuarto la visita se vio desbordada, hasta que se acomodó y comenzó a administrar la pelota.
El diablo careció de un conductor neto, Herrón no se sintió para nada bien con el rol de volante por derecha y que no se encontraron desde afuera, variantes para mejorar la situación.
La primera llegada del partido fue para el Santo, a los 4` Quinteros vio adelantado a Assmann, pero su remate se fue por encima del horizontal.
El local pudo haber marcado un minuto después cuando Mario Turdó mandó de cabeza al córner sobre su propia valla.
A los 8` Montenegro tomó una contra tras un tiro de esquina a favor del Santo, recorrió un largo trecho con la pelota en los pies y engañando a todos, el disparo bajo se fue muy cerca del poste derecho.
A partir de allí, San Martin se adueñó de la tenencia del balón y tuvieron dos situaciones claras. Turdó en un anticipo ofensivo de cabeza y luego una media vuelta de Patricio Pérez que Assmann tapó con sus piernas.
Recién reapareció Independiente, allá por los 36`, con ese tiro de Leonel Núñez que Marcos Gutiérrez desvió con esfuerzo al córner y en aquella acción que obligó a Monge a un apurado rechazo.
Por los 36` reapareció Independiente con un tiro de Leonel Núñez que Gutiérrez desvió con esfuerzo y Monge apurado rechazo al corner.
El encuentro continuó de igual manera en el complemento, San Martin continuaba bien para en la cancha y el diablo ni siquiera las variantes que introdujo Borghi lograron al menos cambiarle la cara.
El DT rojo demostraba en su rostro el mal momento que vivía ante un equipo tucumano que domina aplacer el encuentro.
Centurión no funcionó bien y el Chipi Gandín, salvo por su aparición en el epilogo del encuentro, parecía ser la solución que el equipo de Avellaneda esperaba, de mitad de cancha hacia adelante.
Y si a esto le sumamos el sufrimiento del local, cada vez que el Pato Pérez le ganó las espaldas a los centrales, llegando limpio para sacar un centro que por poco no pudo ser conectado por Turdó.
El Rojo llegó en dos oportunidades, con un tiro bajo de Núñez que halló una buena respuesta de parte de Marcos Gutiérrez y con aquel cabezazo del Rolfi Montenegro que salió apenas desviado, muy cerca del poste izquierdo.
A un minuto del final cuando todo indicaba que el encuentro culminaba en cero, el Rolfi Montenegro capturó un rebote, le cambió la dirección a la pelota para que el Chipi Gandín ingresando por el sector derecha, empujara la pelota a la red para darle la victoria inesperada.
El equipo de Roldán había hecho bien las cosas, no mereció perder, tampoco ganar. Fue inmerecida derrota de Santo ante un Martín, Independiente que tuvo en el oportunismo goleador de Darío Gandín para quedarse con el triunfo. –Publicado 16 Ago 08-