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AGENCIA DE NOTICIAS

martes, 22 de mayo de 2007

Manu "Empecé a embocar y crecí en confianza".

Me preguntan qué cambió en mi juego en pocos días y la verdad es que la única diferencia que advierto es que empecé a embocar. Quizá no estaba tan fino con el aro, algo que arrastraba ya desde el final de la etapa regular. Y parecía que esa tendencia iba a continuar. Por suerte, no fue así: crecí en confianza y pude alcanzar un rendimiento que me dejó satisfecho, sobre todo en los dos últimos partidos de la gran serie con Phoenix.
Hemos pasado una dura etapa. Eso sí: es una equivocación creer que porque les ganamos a los Suns ya estamos en la final de la NBA. Recuerdo que el año pasado sucedió lo mismo cuando nos tocaba enfrentar a Dallas: todos decían que era la final del Oeste anticipada. Cada rival merece respeto. Utah, con el que ya mismo empezamos la definición de la Conferencia Oeste, es difícil, áspero, joven y atlético.
Los partidos con Phoenix son increíbles y desde adentro se siente que todo puede suceder. Si estás 15 puntos arriba, cualquiera puede pensar: "Listo, ganamos". Y a los dos minutos el partido está empatado. Suele haber ráfagas de tantos para uno y otro lado. Si miramos los cotejos 4° y 5°, fueron un calco: en uno llevábamos una buena diferencia y lo perdimos, y en el siguiente los Suns parecían tener la victoria en el bolsillo y lo dimos vuelta.
El 6° juego se resolvió con una de esas ráfagas impresionantes, en el tercer cuarto (14-2). Y después jugamos muy bien con la cabeza. Fue, de punta a punta, una eliminatoria muy especial, con situaciones que provocaron reacciones en los jugadores y el público. Empezó con la nariz ensangrentada de Nash; después, con mi ojo morado y el foul de Horry al mismo Nash. Cuando digo que jugamos muy bien con la cabeza me refiero a que respetamos lo que nos propusimos: ser fríos, no perder la concentración en discusiones con los árbitros. Manejamos mejor los tiempos y no perdimos la cordura, cosa que sí le sucedió a Phoenix en el último partido. El tan comentado incidente de Horry y Nash no me pareció tan grave; es probable que haya impresionado más porque se cayó sobre la mesa de control. Se jugó duro, sí, pero porque nadie quiere despedirse del torneo tan temprano. No hubo mala fe. En absoluto.
Fue muy bueno el aporte de Fabricio Oberto. No pudo jugar muchos minutos por las características de Phoenix, que tiene cuatro hombres bajos, más Stoudemire, lo que te obliga a poner en la cancha un esquema similar en cuanto a la contextura física. Pero cuando le tocó entrar, lo de Fabri fue muy productivo. Con seguridad que ante Utah tendrá más posibilidades por el estilo del equipo.
Lógicamente lo ideal hubiese sido tener más horas de descanso, pero no vamos a llorar por los calendarios. Me dormí muy tarde después de la clasificación y estas horas hay que aprovecharlas al máximo, durmiendo y alimentándose bien. Contra Utah habrá que jugar más con la cabeza que con el físico. Es posible que en el primer partido tengamos alguna desventaja porque ellos contaron con cuatro días libres y además, en promedio, es un equipo más joven que el nuestro. Pero los partidos hay que jugarlos y ahora estamos con mayor confianza. Quizá la serie regular de San Antonio no haya sido brillante, pero ya pasamos dos obstáculos complejos, como Denver y Phoenix. Estamos en el nivel esperado, repuntamos mucho en marzo y abril respecto de enero, y seguimos teniendo el objetivo de ser campeones. Ninguno se conforma con haber llegado hasta acá.
por manuginobili.com